El desempeño individual depende de dos cosas – las competencias y el compromiso del individuo. La relación entre estos dos factores es multiplicativo y no aditivo. Un mejor desempeño tendrá un alto nivel de competencias combinado con un alto nivel de compromiso.
Competencias es la variedad de talentos y capacidades que responden a los requisitos del trabajo. Las competencias pueden ser de naturaleza técnica que incluye cosas tales como la experiencia, la educación, la capacitación y la certificación; habilidades personales, tales como la comunicación, la autogestión, la toma de decisiones, y la responsabilidad de aceptar nuevos retos, también son ejemplos de competencias
Es posible mejorar la mayoría de las competencias a través de actividades de desarrollo personal. Sin embargo, mi investigación en el trabajo con muchas personas en un número de diferentes organizaciones, demuestra que hay un límite práctico a la cantidad de competencias, en particular las habilidades personales, se pueden mejorar en un período razonable de tiempo. Las empresas se enfocan primero en encontrar personas con las competencias adecuadas, tanto técnicas como personales, en primer lugar, en lugar de tratar de desarrollarlas.
Sin embargo, tener un grupo de personas altamente competentes es sólo un aspecto del desempeño de la organización. La gente debe estar plenamente comprometida con la aplicación de su talento para el trabajo. Si bien, el compromiso personal es un impulso interior, se ve influido por el ambiente de trabajo. Para la mayoría de las personas, su nivel más alto de compromiso estuvo en su primer día en el trabajo, llegan llenos de entusiasmo y expectativa. Luego, entran en el ambiente de trabajo del día a día y las cosas comienzan a suceder, a disminuir el nivel de compromiso. Hace poco ví un estudio que examinó los nuevos empleados, y su principal frustración era tener que pasar el primer día de trabajo llenando formularios, sentado en reuniones de orientación aburridas, y haciendo todo lo demás, menos trabajando.
Si una persona tiene en 70 por ciento las competencias del puesto y 70 por ciento cuenta con las competencias y compromiso, está utilizando solamente alrededor del 50 por ciento del potencial disponible. El poder del efecto multiplicador se demuestra cuando tanto la competencia y el compromiso aumento de 80 por ciento. Ahora tenemos alguien que trabaja a 65 por ciento de su potencial.
Que tal si hace este ejercicio con sus reportes directos:
- Tome una hoja de papel y divídala en cuatro columnas.
- El título de la primera columna «Nombre», la segunda columna «Competencia», la tercera columna «Compromiso» y la cuarta columna «Resultado».
- Dé a cada persona una puntuación de 1 a 10 para su nivel de competencias y escríbalo en la segunda columna.
- De a cada persona una puntuación de 1 a 10 para su nivel de compromiso y escríbalo en la tercera columna.
- Multiplique la puntuación correspondiente al nivel de competencias asignado por la puntuación de compromiso y coloque el resultado en la ultima columna que recoge «Resultados».
- Añada los resultados y divida por el número de personas.
- Multiplicar el resultado por 100.
- Este es el porcentaje de potencial utilizado en su organización.
La puntuación le facilita a usted como gerente una idea del potencial sin explotar disponible dentro de su departamento. Debido al efecto multiplicador, cambios relativamente pequeños en competencias y compromiso pagan dividendos significativos en el desempeño organizacional. ¿Qué esta haciendo usted como gerente para aumentar tanto el nivel de competencias, así como el compromiso de su personal?